Pero no solo ocurre en España. El parque de automóviles de España es el tercero más viejo de Europa, por detrás de Rumanía, con 16,5 y Polonia con 14,1. 

Además, con los ciudadanos perdiendo parte de su poder adquisitivo dada la situación económica del país, dificulta aún más su modernización; las matriculaciones suben de precio y se señala la falta de stock en los concesionarios.

La vejez del parque es un problema de todos, pues un coche de más de 10 años no cuenta con la mayor seguridad de los nuevos modelos, y las posibilidades de fallecer en un vehículo que sobrepasa esta edad se duplican comparados con uno nuevo. Y las probabilidades de accidente aumentan peligrosamente ya que la asistencia a la ITV es escasa. El 40% de los automóviles no se presentan, y los que lo hacen suelen tener algún tipo de deficiencia.

En el otro lado de la moneda encontramos a Arabia saudí, con 3,8 años de media, seguido por China con 5,2 y Singapur con 5,5. Pero ojo, hay razones por las que estos países cuenten con un parque tan joven. Todos ellos se sitúan en puestos altos del PIB, lo que viene a decir que su habitantes cuentan con generosos salarios, lo que contribuye a que la tasa de compra de un coche nuevo sea también más alta.

Además, cuentan con incentivos como planes Renove, que ayudan a retirar de las carreteras coches más viejos, solución que contribuye a reducir las emisiones de combustible fósil animando a los compradores a adquirir vehículos más eficientes. Un buen ejemplo sería China, que en 2010 introdujo un trato en el que ofrecía reembolso a los conductores que cambiaban vehículos antiguos y contaminantes por otros de bajas emisiones. En el caso de España se ha introducido el plan MOVES III, que da hasta 7.000 euros a los conductores que compren un vehículo elećtrico y entreguen uno viejo para desguazar

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